Parentesis... En Nuestros Mares

Ultimamente la vida me ha distraido de mi misma, me ha tenido sin respiro deambulando por esta cuerda en la que debes andar rápido y con decisión, sin titubeos, porque el suelo está demasiado lejos y los que necesitan de ti, al otro lado, con las manos extendidas. Pero por unos días hago un paréntesis, me voy a contemplar el mar, a desdibujar el horizonte y unir mi mente a la incierta línea de poniente donde realidad y sueño se abrazan en un mágico acorde. Mi cuerpo y mi alma necesitan un descanso... a la vuelta la cuerda me seguirá esperando, quizás más alta... pero yo estaré más ligera de equipaje.

He vuelto del mar, contemplo que la vida sigue a su ritmo, sin hacer mudanza en su costumbre diría Garcilaso. "Los peces que traigo en mis alforjas me servirán de alimento para continuar mi deambular".
Volver a la orilla y escuchar el silencio, otra vez sentir como el puerto se ha echado a andar, había seguido la dirección del viento,

hacia un paisaje remoto.

Y sola frente a la vida, resguardando el rompeolas de mi propio mar,

oyendo las formas del silencio, sentada junto a tu oído, fecundo y mío.

Orgullosa al sentir el nuevo traje, sintiendo la brisa loca,

que ágil danza al sol, con cristales marinos, reflejando su propia paz.

Y así vuelvi, anclada a la vida, sintiendo que el tiempo

ya es pasado, queriendo hacer presente, aquel viejo sueño.

Barca entre dos aguas sospechado, anclados en la orilla con la cara al mar.

No le dije adios, sólo un hasta luego, sé que me espera con las olas abiertas para llenar de nuevo, cuando el vivir agote, la profunda despensa de mi espíritu.

Y "si mi voz muere en tierra, llevadla al nivel del mar"...